Home Cultura “La esperanza de La Currambera”

“La esperanza de La Currambera”

1010
0
Foto: archivo audiovisual Fundación Cumbiamba La Currambera.
Información comercial
Abogada Margaret Donelly

Por Karla Flórez Albor

Crónica periodística ganadora en el área de Medios Comunitarios y Alternativos del PORTAFOLIO DE ESTÍMULOS GERMAN VARGAS CANTILLO de la Secretaría de Cultura de Barranquilla, Atlántico, Colombia, 2020.

Maglionis vive orgullosa de llevar la cumbia en alto como parte de su tradición familiar, toda vez que la marcó el legado dejado por su abuelo tolimense Félix Antonio Albadán Gómez, quien porfiaba en que su cumbiamba no muriera, y en que este ritmo nunca se acabara.

Fue el 15 de diciembre de 1976 cuando Albadán Gómez fundó en Barranquilla la cumbiamba La Currambera, en cuya sede, localizada en el barrio Simón Bolívar al suroriente de la ciudad, se prepara la realización de actividades permanentes a lo largo del año. Además de darle ese nombre a la cumbiamba, Félix la dirigió durante 20 años, tarea que luego de su fallecimiento recibió su hija Amalia, una barranquillera que mantuvo con altura la trayectoria de la organización.

Bailando desde los ocho años de edad en la cumbiamba que su abuelo organizó, Maglionis Albadán Blanco supo que, en el Tolima, departamento ubicado en el centro de Colombia, sus habitantes demuestran en sus acciones el amor por el folclor y la música. Por eso explica fácilmente como Félix Albadán al llegar a Barranquilla se enamoró de la danza y la música del Caribe, en especial de la cumbia, y de Antonia Lucía Blanco, la mujer de Puerto Colombia, con quien aceptó crear una familia y formar con ella una pareja de baile en esta danza o «rito al amor», como la definió el maestro Ubaldo Mendoza en la obra Somos Cumbia, somos familia (Flórez, 2018, p. 36).  

En casa, ellos inspiraron a su pequeña nieta Maglionis el sueño de ser una bailarina profesional, reconocida en el mundo entero. La niña creció rodeada de música y danza:

«Yo nací en la cumbiamba escuchando la flauta de millo, el llamador, el alegre; en mi sangre llevo lo que es el baile, cuando empiezo a bailar cumbia me desconecto, cuando yo bailo, vibro, me transformo»dice transmitiendo esa emoción que le produce el bailar cumbia.

Ahora de adulta, Maglionis recuerda a su abuelo con alegría y cree que él les legó             —a  hija y nieta— su dinamismo. Así, primero a su madre: Amalia Elvira Albadán Blanco, que en su juventud fue una jugadora de basquetbol y bailadora de muchos ritmos; ella siempre estuvo motivada a tomar la gestión de la cumbiamba de su padre, como directora hasta el año 2010. En esa fecha llegó Maglionis a atender este emprendimiento familiar iniciado por el abuelo Félix.

Foto: archivo Fundación Cumbiamba La Currambera

Han sido tres generaciones marcadas por el amor a la cumbia. Maglionis dice: «Desde que conocí a mi abuelo, hasta el momento en que cayó en cama, él tuvo la idea de que su cumbiamba no muriera. Ese deseo lo acogió mi madre, y a mí hoy me impulsa cada día a mantener las actividades que contribuyen a ese propósito».

Otro miembro de la familia, Licet Paola Niebles Albadán, coreógrafa de la cumbiamba, la ha acompañado a desarrollar proyectos que impactan a su comunidad en el barrio Simón Bolívar, siendo Cumbia a la Calle uno de los más reconocidos. Su propósito es proyectar y conservar la cumbia en los colegios del sector, y cuenta con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de Barranquilla.

Sin embargo, la experiencia de llevar los programas a las escuelas del barrio Simón Bolívar ha mostrado que de dos mil estudiantes, solo se inscriben 14 a los talleres de cumbia. De ahí nace una preocupación: que la juventud abandone la cumbia porque prefiera bailar los ritmos foráneos, que les son más atractivos.

En el 2019, la cumbiamba La Currambera celebró sus 43 años de danza ininterrumpida, enriqueciendo la tradición del carnaval en Barranquilla. En vísperas de la fiesta, y desde que asoma el mes de octubre, las reuniones y los ensayos son más seguidos, dos o tres veces a la semana, los jóvenes comienzan a participar y comparten animadamente en estos procesos.

Maglionis estudió Enfermería y trae a la Fundación esa disposición de servicio propia de su labor. En palabras de Ludys Quintero, instrumentadora quirúrgica, nacida en El Banco, Magdalena, quien también sabe disfrutar la cumbia, confirma que servicio es, en sus palabras, «lo que caracteriza a quien trabaja en el sector de la salud: servir es ayudar a todos a salir adelante, a mejorar su salud y acompañarlos hasta que la herida sane». Ese acompañamiento es precisamente la labor de Maglionis con los que participan en             La Currambera: compartir entre todos y todas las alegrías y tristezas durante todo el año. Ella comenzó esa asistencia en casa, cuando su señora madre, Amalia, dejó de dirigir la cumbiamba por enfermedad y ella asumió esa responsabilidad.

Foto: archivo Fundación Cumbiamba La Currambera

La salud de la señora Amalia, cuenta su hija, comenzó a deteriorarse con el tiempo; sin embargo, cuando era el momento de bailar cumbia todas sus enfermedades se le quitaban.Esta relación de la cumbia, como expresión dancística, con la sanación corporal, mental y espiritual es un tema abordado por muchos investigadores desde hace ya varios años y experimentado en la vida de muchas personas y de sus familias.

En la Séptima Cumbre Cumbiambera, organizada por la Fundación Tambó en agosto de 2019 en Barranquilla, el psiquiatra Ramón Rojano precisó así los efectos terapéuticos de la cumbia: «La cumbia, por su circularidad y complementariedad, requiere una sincronización y complementación con otras personas». Y refiriéndose a la cumbia bailada en rueda dijo: «La cumbia es liberadora de estrés, ya que produce un bienestar mental. Es como una catarsis psicológica. La danza distrae la mente. Ayuda también con el pensamiento positivo». Tal visión terapéutica de la cumbia es compartida y vivenciada por profesionales de otras disciplinas como el psicólogo Enrique Olaya Pineda.

Es ese pensamiento positivo el que ha surgido en cumbiamberos y cumbiamberas durante la pandemia por causa del nuevo coronavirus Covid19, y que se ve reflejado en los emprendimientos. La Currambera, por ejemplo, promocionó una edición limitada de unas cajas hechas de madera, que en cantidad suficiente vendieron como empaque de regalos que muchas personas enviaban, y que se las solicitaban en apoyo de la cumbiamba.

Estudiantes del semillero infantil de la Fundación Cumbiamba La Currambera.

¿Qué más podemos hacer en tiempos de incertidumbre? Seguir compartiendo la cumbia, de manera virtual, y tal cual lo hizo La Currambera al participar en el conversatorio con los estudiantes de la Universidad del Rosario de Bogotá durante el confinamiento en casa por la cuarentena.

Cumbia es nuestra manera de compartir «deseando y eligiendo lo que más conduce para el fin que somos creados»[EE23]. Maglionis, por ejemplo, obtuvo el premio Comparte lo que somos 2020, del Ministerio de Cultura, diciendo estas palabras en su video

«Llevamos los saberes a distintos lugares de Colombia y enseñamos a los jóvenes a querer este bello ritmo, a defender nuestra cultura, a saber, de que con la cultura podemos salir adelante. La cumbia es un bello ritmo, la cumbia es una identidad, cumbia es Barranquilla y es sabrosura, cumbia es aprender a querer todo lo que somos y sabemos». Mientras viva, ni sus pies cansados, ni su voz fatigada, ni los problemas económicos harán que ella desista de contribuir a la salvaguarda de la cumbia.

No es fácil competir con ritmos de un tempo musical más ágil. Pero, a pesar de esto, el sonido de una flauta de millo, de una gaita, de una tambora seguirá haciendo latir los corazones buscando nuevas maneras de llegar a los corazones jóvenes. Sostener este propósito demanda ingresos superiores a los que actualmente obtiene la directora y la familia que la alienta. De allí el empeño en hacer de La Currambera una empresa cultural. Maglionis Albadán Blanco conserva la esperanza del cambio en favor de La Currambera, siendo ella misma portadora de la esperanza con la que entusiasma a sus hijos, a la infancia y a la juventud a continuar participando en las cumbiambas.

@barranquillacpt @fundacioncurrambera @karlaflorezsd @micumbianza @santuariosanpedroclaver

#LaesperanzadeLaCurrambera #esperanzaDeCurramba #esperanzadecurrambera #cumbiambaLaCurrambera #somoscumbiasomosfamilia #cumbianza #micumbianza #emprendimientocultural #cumbia #familia #tradiciones

Link de la anota publicada en Noticias y Coceptos: https://noticiasyconceptos.com/2020/12/09/la-esperanza-de-la-currambera/

Quiropráctico Dr Peralta