El derbi de la MLS en la Florida puede volverse bastante insignificante; solo escuche la constante charla entre sus fanáticos en línea, o la pintura púrpura utilizada para desfigurar un mural de Messi creado por el grupo de seguidores de Miami Vice City 1896 hace unos días. Y aunque solo llegó hace un par de semanas, Messi, como lo ha hecho con tantos otros aspectos de su nueva vida en Estados Unidos, captó esas vibraciones extraordinariamente rápido.
En un partido retrasado más de una hora por otra ola de tormentas de verano recurrentes en el sur de Florida, la CABRA abrazó el Sturm und Drang del momento, adentrándose sin dudar en la maldad de la rivalidad en el estado. Esta última edición contó con 27 faltas, siete tarjetas amarillas y una decisión de tiro penal muy polémica cuando el árbitro salvadoreño Iván Barton trabajó para evitar que el juego se descarrilara.
OCSC brindó una resistencia mucho más dura a Messi & Co. que Atlanta United la semana pasada, personificada por Araújo, quien mostró valentía más allá de sus 22 años para pelear repetidamente con Messi y disparar un gol de empate después de que el maestro argentino abrió el marcador en solo el Minuto siete para los locales.
Y Messi respondió de la misma manera, presionando a Barton para una mayor disciplina contra Orlando e irradiando desdén por los Lions, al igual que lo hizo después de la épica victoria de Argentina en los cuartos de final sobre Holanda en la Copa del Mundo el otoño pasado, donde su “¿Qué miras, bobo?” La burla de Wout Weghorst se volvió viral.
“Dijo que venía a competir, que venía a ganar cosas, y eso lo demuestra hoy”, dijo Martino, “porque era un clásico; el juego estuvo caliente en algunos puntos, y de alguna manera está cumpliendo con lo que dijo”.
